Carrilladas de vacuno a lo loco
Receta paso a paso y con fotos de cómo preparar unas sabrosísimas carrilladas de vacuno.
No te preocupes por el título, eso es porque la hice en fiestas y siempre suceden cosas que no están previstas, ¿vale?. Lee y verás a qué me refiero.
El caso es que tenía unas carrilleras y me apeteció cocinarlas, pero no como las suelo hacer, sino improvisando, buscando en la nevera y en los armarios con lo que tenía en casa. Eso lo hago muchas veces y la mayoría me queda bastante bien, lo que pasa es que no se me ocurre sacarle fotos, pero esta vez sí. Claro, si te pongo la receta es porque el resultado es acojonante.
Comencé a hacerla a las 12,30 porque eran fiestas en el pueblo y el truco está en comer antes de salir de marcha, ya que el mayor ambiente es a partir de las tres de la tarde y si no has comido estás jodido (¡¡joeeer, hasta rima!!). Por cierto, es a partir de las tres porque desde las dos tienen sueltos por las calles a toros y a vacas bravas, y no tengo buenos recuerdos, porque el año pasado me cogió una y aún me duele. Siempre he dicho que esto me pasó por falta de diálogo entre la vaca y yo, porque soy bastante antitaurino y no era a mi a quien tendría que envestir.
Te cuento.
Ingredientes
- Carrilleras de vacuno
- Cebolla picada
- Ajos tiernos
- Pimiento
- Un vaso de vino blanco
- Medio litro de caldo de carne o una lata de cerveza
- Patatas
- Pimienta negra
- Ajo
- Perejil
- Guindilla picada
- Aceite
- Sal
Preparación
Comienzo friendo las carrilleras a fuego fuerte para sellarlas bien. Vuelta pacá, vuelta pallá.
Ahora el pimiento y la cebolla.
Bajo el fuego y dejo que se poche bien.
Bueno, es el momento de salarlo, echarle pimienta al gusto y el ajo y el perejil.
Deja que se vaya haciendo, dándole vueltas de vez en cuando.
Cuando veas que el pimiento ya se está poniendo blando, le agregas los ajos tiernos y sigues dándole vueltas al asunto.
Ahora le arreas el vaso de vino blanco y a fuego medio sigues cocinando hasta que se evapore.
Hay que ablandar la carne, así que le tienes que arrear caldo de carne, pero como no me apetecía, le añadí una lata de cerveza.
Y todo lentito y bien. Chup chup.
Pero ¡ojo!, aquí es donde empieza la locura. El teléfono sonando, llamándome al timbre,,,, “¡baja, baja, vámonos a la fiesta!!”, y el problema auténtico es que para esas cosas soy un puto inútil porque no sé decir NO. En definitiva, apagué el fuego y me fui.
Volví a las doce y media, pero de la noche, un poco “perjudicado”, como dicen aquí, pero tenía hambre así que reanudé la receta. Puse a calentar el asunto a fuego bajo.
En este tiempo me dio por freír unas patatas en rodajas y colocarlas en el fondo de una fuente. Jajaja, ¿a que las fotos ya no son tan buenas?, eso es por lo de “perjudicado”.
Le coloco encima de las patatas las carrilleras con todo su mejunje. Tapo la bandeja con papel de plata y una hora al horno.
Es-pec-ta-cu-lar.
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