Tarta de Nueva York

Receta de como cocinar la auténtica tarta de queso de Nueva York (New York Cheesecake).

Hay miles de recetas de tarta de queso, y concretamente de la auténtica New York Cheesecake. Hacerla en casa es rápido y sencillo, pero a veces no se toman ciertas precauciones que hacen que el pastel acabe en el cubo de la basura. Hoy la vamos a hacer paso a paso para que te quede perfecta.

Ingredientes

Preparación

Empezamos haciendo la base, para lo cual picamos las galletas hasta obtener un polvo. Puedes utilizar la galleta que más te guste, desde la clásica maría, hasta la tipo digestive, pasando por oreo, cookies con chocolate... Cualquiera quedará bien.

Fundimos la mantequilla y la mezclamos con las galletas, y extendemos esta masa por la base del molde que vayamos a utilizar. Puedes también cubrir los laterales del molde, a tu gusto.

Y reservamos en la nevera mientras preparamos el resto. Hay quien hornea unos minutos esta base de galleta, pero yo prefiero hornearlo todo junto (al hornearla quedará más crocante).

A continuación encendemos el horno a 180°C para que precaliente, mientras seguimos con la receta.

Es recomendable que el queso, los huevos y la nata estén a la misma temperatura. El problema es que el queso suele estar en la nevera y frío resulta difícil de trabajar, así que lo mejor es tenerlo todo una hora fuera de la nevera antes de empezar.

Mezclaremos primero el queso con los huevos, y ahora no batiremos con las varillas como otras veces (como en un bizcocho). Como queremos evitar las burbujas, lo que haremos será mezclar con una cuchara o espátula hasta que quede una mezcla homogénea (si utilizas un robot, prueba con el recambio amasador).

Es entonces cuando añadimos el resto de ingredientes:

Y lo mezclamos todo bien hasta que no haya grumos.

Sacamos el molde con la base de galleta y con cuidado vamos echando la crema de queso por encima. Si la volcamos de golpe se levantará la galleta y ya no tendremos base.

Cuando hayamos echado toda la mezcla, damos un par de golpes al molde sobre la mesa para que asiente bien la mezcla y desaparezcan las pocas burbujas que haya.

Por fin lo llevamos al horno: lo mantendremos diez minutos a la misma temperatura (180°C), y a continuación lo bajaremos a 100°C, y lo tendremos una hora más. Después apagamos el horno y dejamos la tarta dentro hasta que podamos sacarla con las manos sin quemarnos.

Sé que cada horno es un mundo, pero siguiendo estos paso es difícil que se pase de cocción, o que no se haga. El secreto: mucho tiempo, y baja temperatura.

Y ya la podemos dejar enfriar en la nevera al menos 6 horas. Lo ideal es hacerla el día anterior, porque el reposo en frío es importantísimo (yo siempre la hago la noche antes de cuando la vamos a comer).

Ya sólo queda disfrutar de una de las mejores tartas del mundo. Sólo está deliciosa, pero se suele cubrir con alguna confitura de frambuesa o fresa. Últimamente es habitual verla con una cobertura de chocolate, y nosotros esta vez la probamos con dulce de leche. Échale imaginación.

Fuente: Cocinaros